Como adelantamos en nuestra nota del 4 de abril la serie de Netflix 13 Reasons Why despertó una polémica entre quienes sostienen por un lado que es una forma de visibilizar temas que permanecen ocultos en nuestra sociedad, como el acoso escolar, el abuso sexual a menores o el suicidio; y por otro lado quienes dicen que por su argumento y las escenas explícitas que muestra causa un efecto negativo pudiendo ser peligrosa para jóvenes con problemas emocionales o ideación suicida, quienes podrían verse identificados generando un “efecto contagio” de conductas imitativas del acto suicida o generando conductas de riesgo.
La polémica estalló la semana pasada en la mayoría de los medios masivos, nacionales e internacionales, entre los cuales referenciamos textualmente algunos:
Clarín: Polémica por la serie éxito de Netflix "13 Reasons Why": la acusan de apología del suicidio
BBC: ¿Propuesta valiente o glorificación del suicidio?: la polémica en torno a "13 Reasons Why", la exitosa serie de Netflix producida por Selena Gómez
Tal vez ambos argumentos tengan razón, o sus razones, no sólo interesantes sino legítimas. Por un lado es cierto que la serie, con su audiencia record en la historia, hizo llegar el tema del suicidio a lugares donde no se hablaba del mismo y despertó un interés inusitado en la gente por dicha problemática, esto lo vemos reflejado en los medios, en las redes sociales y en las visitas a nuestra página web.Por otra parte no se puede negar la posibilidad de identificación y cómo afecta, ya que también lo comprobamos en nuestra línea de prevención del suicidio 135.
Es entendible la defensa de la libertad de expresión y no apoyamos ninguna forma de censura, pero creemos que autores y directores deberían tomar conciencia de las posibles consecuencias que sus creaciones generan en la comunidad. No nos referimos a no tratar determinados temas, pero si hacerlo con cuidado y responsabilidad.
En cuanto a la serie, consideramos peligroso que se presente al personaje que muere a causa de suicidio como una heroína, que se muestre su plan suicida como un medio para conseguir otros fines “justos”, que se justifique el suicidio en función de circunstancias determinadas, que se describa y que se muestre explícitamente el método suicida, y fundamentalmente que no se difunda adecuadamente la información sobre prevención, y se den los datos de Instituciones de Asistencia en la problemática del suicidio como nuestra línea de prevención del suicidio 135 , así como recomienda claramente la OMS en sus Pautas para los Medios de Comunicación, tanto en lo que hace a la información como a la ficción.Sería bueno que autores y directores tomaran estos cuidados responsablemente.
No obstante mientras si esto no sucede, la única protección que tiene la sociedad es el diálogo y la comunicación, contra el peligro de las conductas imitativas y de riesgo. Este diálogo es vital y especialmente entre padres e hijos y entre docentes y alumnos para contextualizar las escenas y temáticas que se muestran y permitir a nuestros adolescentes canalizar sus angustias.
Tomemos cada vez más conciencia como sociedad de la necesidad de fortalecer los factores protectores de las conductas de riesgo.
Las opiniones vertidas en estas notas no necesariamente reflejan posturas oficiales del Centro de Asistencia al Suicida y se publican bajo exclusiva responsabilidad de sus autores.