La Organización Mundial de la Salud y otras organizaciones designaron al 4 de Febrero como Día Mundial Contra el Cáncer para centrar en esta fecha las tareas de difusión en relación con la prevención de esta enfermedad y su tratamiento adecuado.
Desde el Centro de Asistencia al Suicida quisimos sumarnos a esta tarea de concientización porque la prevención es de vital importancia para la salud, tanto física como emocional, y porque además, la ideación suicida es muy frecuente en pacientes de cáncer, y eso lo notamos también en nuestra línea de asistencia al suicida.
En una nota publicada por el diario El mundo de España se analiza esta relación entre Cáncer y pensamiento suicida, y, lo que tal vez sea más importante, se aportan ideas para la prevención del suicidio en esta particular situación. Más allá de los cuidados específicos que requiere la enfermedad, especialmente en lo referido al control del dolor que tanto afecta el estado de ánimo de los pacientes, estas indicaciones no son muy diferentes de las que se deben observar en cualquier caso de riesgo de suicidio: En primer lugar, tomar conciencia de que la enfermedad grave en sí es un factor de riesgo de suicidio; en función de eso prestar atención a señales como abandono en el cuidado de sí mismo, frases explícitas que indiquen intención suicida o frases solapadas como “lo único que quiero es que esto se termine” o por el estilo. Especialmente cuando se detectan estas señales, pero también cuando no se detectan, el enfermo de cáncer requiere, en cualquier etapa de su enfermedad y como parte de su tratamiento, mucho acompañamiento, contención y escucha por parte de sus familiares y amigos. Debemos tener especial cuidado de no contagiar nuestra desesperación o desesperanza, pero tampoco generar falsas expectativas ni desvalorizar el estado y los sentimientos del enfermo. Debemos ayudarlo a buscar refugio en sus propios recursos como la familia, los amigos, la espiritualidad o sus creencias religiosas.
Aun en casos extremos, la prevención del suicidio debe ser una prioridad. En primer lugar porque valoramos la vida y el sentido que en ella encontramos aún en las circunstancias más difíciles, y además porque la situación de duelo de familiares y amigos es muy diferente frente a una muerte inevitable que frente a un suicidio. Esto es de especial importancia para los hijos y los familiares más cercanos.
Para más indicaciones sobre cómo hablar con una persona en riesgo de suicidio puede consultar nuestro apartado: Usted puede prevenir un suicidio.
Las opiniones vertidas en estas notas no necesariamente reflejan posturas oficiales del Centro de Asistencia al Suicidio y se publican bajo exclusiva responsabilidad de sus autores.