Madres, padres y docentes, solemos pensar que si a nuestros hijos o alumnos les estuviera pasando algo nosotros lo sabríamos. Lamentablemente, no siempre, o casi nunca es así. La serie 13 Reasons Why cuenta la historia en retrospectiva de una chica que sufrió una depresión que la llevó un suicidio sorprendiendo a sus padres y a toda la comunidad educativa. Si bien se trata de una historia de ficción, en este punto es muy realista.
Cuando ocurre un suicidio en una comunidad educativa la primera sensación de las personas más cercanas es el desconcierto. “¿Cómo pudo haber hecho esto?”, se preguntan. Es que acaso, ¿no hay señales?
Las hay, claro que las hay, pero muchas veces no sabemos o no queremos verlas, nos cuesta aceptar que nuestros hijos o nuestros alumnos pudieran estar sufriendo depresión o teniendo pensamientos suicidas, pero debemos aprender a hacerlo, porque sus vidas pueden estar en riesgo.
Los signos de la depresión en adolescentes pueden ser muy diferentes a los que se observan en adultos. Suelen tener estados de ánimo muy variables, desde la ira a la pasividad extrema, aislarse de sus familiares o amigos, dormir muy poco o demasiado, descuidar su aspecto, su higiene o sus hábitos alimentarios, abusar del alcohol o las drogas.
El personaje de la serie 13 Reasons Why muestra varios de estos signos, pero nadie lo advierte. Es natural que así sea, los signos de la depresión adolescentes suelen confundirse con cambios propios de la edad, pero además, nadie estaba prestando atención a lo que le pasaba a Hannah Baker . Y esto último también es frecuente.
Los realizadores de la serie también produjeron un video de orientación con el objeto de ayudar a los adultos a detectar estos signos.
Debemos prestar atención especialmente a los cambios que se producen en las conductas y los hábitos de nuestros hijos adolescentes o alumnos, pero, fundamentalmente, cuando notamos algo extraño, aunque no estemos seguros, no debemos tener dudar en preguntar y hacer notoria nuestra preocupación. Preguntas como: “¿te pasa algo?, “¿qué te está pasando?, o expresiones como, “podés contar conmigo”, “cuando quieras hablamos”, “me preocupa verte así”, podrán servir, como mínimo, para que el adolescente sepa que no está solo. Un segundo paso podrá ser orientar al adolescente para que busque ayuda profesional, pero antes el adolescente necesita saber que a alguien le preocupa lo que le está pasando como una primera señal para salir de ese lugar tan oscuro en que se encuentra.
Si usted está preocupado por la posible depresión o ideación suicida de un adolescente cercano, no dude en llamar a nuestra línea de prevención del suicidio.
También puede consultar nuestros apartados:
Las opiniones vertidas en estas notas no necesariamente reflejan posturas oficiales del Centro de Asistencia al Suicida y se publican bajo exclusiva responsabilidad de sus autores.