El 15 de octubre pasado -organizado por Escenarios Saludables junto con la Facultad de Filosofía, Ciencias de la Educación y Humanidades de la Universidad de Morón- se llevó a cabo una jornada para apoyar el pedido de la OMS que invita a realizar actividades de Prevención del Suicidio.
Escuchamos el testimonio del Psicólogo Social Ramón Martínez, quien nos sensibilizó con su testimonio acerca del suicidio de su hijo de 18 años, y su compromiso de lucha frente a este flagelo. Hoy da charlas sobre el duelo por suicidio y anima a no perder la esperanza, ya que es posible recuperar el sentido de la vida, aun desde el sufrimiento por una pérdida. Del mismo modo, alienta la prevención; y para ello nos propone sumarnos a la escucha y al acompañamiento de quienes se sienten solos. Al finalizar, Ramón confirmó la certeza de la esperanza cuando nos leyó un poema cuya metáfora refiere a un árbol donde sus hojas caen, pero sigue renovándose en otras.
El Dr. Raúl Morello, de la Asociación Escenarios Saludables, compartió su experiencia en Monte Quemado, una localidad muy pequeña de la Provincia de Santiago del Estero. Se trata de una dura experiencia acerca de muchos suicidios consecutivos y en corto tiempo, donde asisten desde hace años y hasta la actualidad, a las personas necesitadas de escucha, de asistencia, de orientación y acompañamiento.
Por mi parte, les conté sobre la misión del Centro de Asistencia del Suicida de Buenos Aires, su tarea incansable y sostenida desde hace 52 años con voluntarios telefónicos que brindan escucha anónima y desinteresada a personas en situación de crisis, con o sin ideación suicida. También dialogamos sobre los mitos acerca del suicidio y la importancia de hablar para prevenir. El público mostró mucho interés en saber lo que sucede en los colegios y en las barreras a vencer -puestas, en general, por los adultos tomados por el temor- para dar charlas de Prevención que lleguen a tantos chicos que puedan estar atravesando situaciones de mucha vulnerabilidad. Fue muy importante dejar claro que el miedo a hablar de suicidio, en general, paraliza e impide llevar adelante las acciones necesarias.
También tomé citas de otros autores. En primer lugar, a Frankl que vinculó el sentido de la vida con acciones que nos lleven a amar, a crear y a convertir el sufrimiento en ayuda a otros; y en segundo, a Menapace -fraile benedictino y narrador de historias- quien escribió que hemos venido a esta vida con tres tareas: a amar, a ser felices y a dejar huella. Y tomo este último concepto para resaltar mi reconocimiento a todos los operadores telefónicos del Centro de Asistencia al Suicida Buenos Aires que donan con generosidad su tiempo para ofrecer un servicio de escucha empática que alivia la soledad y el sufrimiento de tantos que llaman a nuestra línea de asistencia al suicida; ellos con su decisión de ser voluntarios, ¡¡¡han elegido dejar huella!!! (consulte aquí sobre el voluntariado).
El encuentro finalizó con la presentación de un mural que fue pintado por la artista plástica Clara Dellagiovanna, mientras los disertantes hablábamos. Ella se solidarizó con la temática tratada y su creación -movida por los sentimientos que le producían los testimonios y como una propuesta de respuesta al sufrimiento- la llevó a pintar un abrazo. Todos coincidimos en que ofrecemos el abrazo que el otro necesita cuando se siente solo, desorientado, triste, deprimido o está pasando por situaciones difíciles… cuando acompañamos, cuando contenemos, cuando escuchamos, cuando estamos atentos a los gestos, a las miradas de los demás, cuando tendemos una mano para ayudar.
Agradecemos la invitación a participar de esta Jornada a Escenarios Saludables y tomamos el compromiso de seguir trabajando por la Prevención del Suicidio, ya que juntos se multiplican los mensajes y las acciones.