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Alberto Fernández Mateos

Prevención del suicidio durante una crisis económica


Casi todos los economistas pronostican que la actual crisis sanitaria, a consecuencia del Covid-19, inevitablemente va a desencadenar períodos de recesión económica en muchos países del mundo. Esto genera preocupación en las organizaciones que se dedican a la prevención del suicidio porque la historia demuestra que las recesiones económicas se correlacionan con aumentos en las tasas de suicidio, especialmente masculino.

Estudios más específicos demuestran que el aumento de suicidios durante las crisis económicas no se relaciona directamente con la capacidad adquisitiva de las personas sino con el sentimiento de pérdida en comparación con otras personas o con otras épocas que suele causar frustración, impotencia, vergüenza, baja autoestima y pensamientos suicidas.

En función de esto, los Estados, las comunidades y las personas deberían tomar medidas de prevención adicionales para que la pandemia del coronavirus SARS-Cov-2 no incremente la pandemia de suicidios preexistente que ya causa más de 800.000 muertes cada año en el mundo.

Los gobiernos deben brindar apoyo económico a los sectores más vulnerables y a aquellos que resulten más perjudicados por la recesión, cuidando que todos puedan satisfacer sus necesidades básicas y que las estructuras económicas de los países sufran el menor daño posible, priorizando la continuidad de los puestos de trabajo; pero también deben reforzar la asistencia sanitaria, incluyendo los servicios de emergencia para preservar la salud física y emocional de las personas.

El rol de las organizaciones no gubernamentales es de vital importancia para brindar asistencia primaria y contención emocional frente a situaciones límites. Algunas veces supliendo al Estado o complementando su tarea y otras atendiendo conflictos a los que la pesada estructura estatal directamente no llega. En ese sentido, el Centro de Asistencia al Suicida amplió su horario de atención gracias al esfuerzo y compromiso de sus voluntarios que donan más horas de su tiempo para poder asistir a más personas en situación de crisis emocional o con pensamientos suicidas.

Las intervenciones del Estado, sumadas a la tarea de las asociaciones civiles podrían salvar muchas vidas durante la crisis económica; pero quienes tienen mejores oportunidades para ayudar son siempre los que están más cerca. Además del apoyo económico necesario es importante, más que nunca, que la contención emocional llegue a cada uno; y esto solo puede ser posible si todos, al menos una amplia mayoría, nos comprometiéramos en cuidar a quienes tenemos cerca.

Muchas familias se verán obligadas a transitar situaciones difíciles. Las quejas, acusaciones y reproches no ayudan a superar las crisis; los sentimientos de enojo, frustración, vergüenza, fracaso y baja autoestima, tampoco. En estas épocas tenemos que ser más comprensivos, tolerantes y contenedores que nunca con nuestros seres queridos y con nosotros mismos. Escucharlos y evitar conflictos. Valorarlos y valorarnos, especialmente frente al infortunio. Las crisis pasan, debemos ser pacientes y sostener la esperanza hasta que eso suceda.

Si usted se siente angustiado por la crisis sanitaria, por los efectos de la cuarentena, por su situación económica o por cualquier otro motivo, no dude en llamar a nuestra Línea de Asistencia al Suicida.

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