Desde el Centro de Asistencia al Suicida llevamos décadas asistiendo a miles de personas en crisis para ayudarlas a recuperar su esperanza. Eso es lo que hacemos, para eso nos preparamos. Pero hoy nos encontramos con una situación diferente: toda una sociedad necesita ser escuchada, necesita un abrazo y, sobre todo, necesita recuperar la esperanza perdida.
A la crisis sanitaria ocasionada por la pandemia de COVID19, se le suman la inevitable pérdida económica que ya se sufre en muchísimos hogares y llena de incertidumbre a muchos más; y a esta, el desborde emocional, alimentado por números que no dejan de crecer, por los datos de defunciones que se muestran en las primeras planas y por los pronósticos económicos devastadores.
El monstruo al que nos estamos enfrentando es poderoso, de eso no hay duda. Sufriremos pérdidas enormes, de nada sirve negarlo, pero en medio de tanta desolación los chicos de todo el mundo pintan en sus casas arcoíris con la leyenda “TODO SALDRÁ BIEN”. Por ellos luchamos, no debemos olvidarlo.
Al final, la vida resultará vencedora. Por eso es momento de actuar con heroísmo, cada uno haciendo lo que sea necesario para combatir la pandemia. Agradeciendo al personal de la salud, a las fuerzas de seguridad y a los trabajadores de servicios esenciales, pero también cumpliendo las disposiciones sanitarias, porque al cuidarnos cuidamos a otros, para que esta crisis termine lo antes posible y al menor costo.
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